TODOS SOMOS BANKSY
En marzo de este año, llegó a Plaza Carso (Polanco, Ciudad de México), una exposición irreverente y "no autorizada" sobre un artista callejero que desafía y evade desde hace muchos años al sistema: Banksy. Tan incómodo ha resultado para muchos, que, en Octubre de 2014 que se publicó una nota falsa sobre su supuesto arresto, Donald Trump celebró el hecho llamándolo "terrorista" a través de su cuenta de twitter. Será por eso, que una de las primeras frases que te recibe al iniciar el recorrido, es: "El arte debe consolar a los perturbados y perturbar a los cómodos".
"Inside Banksy, Unauthorized exhibition", nos muestra ratas, policías londinenses "pintando dedo", gorilas, un cristo que va de "shopping", la reina de Inglaterra con una máscara de gas, basura, obras de arte famosas vandalizadas, entre muchos otros para dejar claro el mensaje y protesta del autor sobre el mundo en el que vivimos, así como los grandes vicios de la sociedad actual como el consumismo, la guerra, el conformismo, las migraciones, etc.
Sus trabajos mezclan el graffiti, arte que admira por su ilegalidad y que para él es sinónimo de asombro, con el uso de plantillas y esténciles. Justo en la aplicación de estos últimos, él mismo ha dicho que su gran inspiración ha sido el trabajo del artista urbano Blek le Rat, tomando como estandarte a la rata, ese animal que acompaña a las grandes urbes mundiales, que se alimenta de sus desperdicios, que es inteligente para esconderse y evadir a quienes buscan eliminarla, como ha tenido que hacerlo el mismo Banksy. Para el, es una alegoría de la desgracia social.
El recorrido lleva al público por diversas salas donde se pueden ver fotografías, videos, proyecciones y recreaciones 3D en todo tipo de materiales urbanos de las obras que ha realizado alrededor del mundo. Bolsas de basura, paredes de metal, fusiones de personajes de arte pop y cabinas telefónicas, transportan a los visitantes a esas calles de las grandes urbes que no siempre son “bonitas”, donde vive la gente derrotada, desposeída y, aun así, encuentra el camino para crear arte. Al seguir avanzando, se llega a un área de grandes mamparas blancas donde pasan una tras otra las obras que se le atribuyen, como si cobraran vida. Cierra la exposición un área donde una escultura flanquea dos pizarrones virtuales que permiten a la gente convertirse en artistas del graffiti por dos minutos. Uno de ellos es nivel principiante y el otro para los más experimentados. En palabras del encargado de esta zona, a veces ese tiempo aumenta, ya sea porque hay pocas personas o porque el creador demuestra grandes dotes artísticas y los espectadores quieren ver el trabajo terminado. También recuerda el significado de la escultura, un joven con la cara cubierta cuya posición nos dice que está a punto de aventar unas flores como si fuera una bomba molotov. No sólo significa la protesta, la anarquía, también que, para hacer arte, no deben limitarte los materiales disponibles, ya que, aunque está hecha de yeso, tiene detalles notables como los pliegues y remaches de la ropa y a falta de flores de metal, alambre, etc., el autor usó un sencillo ramo de flores de plástico.
Hay muchas teorías sobre quien es realmente Banksy, e incluso un estudio del 2016 sobre su trabajo, determinó que se trata de Robin Cunningham, pero ni Banksy ni Cunningham lo han negado o confirmado. Después de todo, ser invisible tiene sus ventajas. Le permite escapar de cualquier tipo de control, estar exento de reglamentos y limitaciones y moverse por todo el mundo con absoluta libertad.
Aunque muchos de sus trabajos aún pueden ser admirados en el lugar que fueron creados, otros han desparecido ya sea por la censura o por el inevitable crecimiento y transformación de cualquier gran ciudad que cambia tuberías, pinta paredes, derrumba edificios, etc.
El broche de oro es la zona final donde una fila de sillas invita a sentarse para utilizar los visores de realidad virtual y sumergirse en las calles tristes de una urbe cualquiera, donde a medida que se avanza, se pueden ver los trabajos de Bansky en las paredes derruidas.
Para los que no pueden irse sin un recuerdo, hay una tienda de regalos y hasta una mesa para adquirir un Bansky original si te sobran unos cuantos miles de dólares.
La exposición estará abierta de 12 a 8 pm hasta junio, con la posibilidad de extenderse hasta agosto de acuerdo a la afluencia. Los boletos pueden adquirirse directamente en taquilla y tienen un precio de $220°° de lunes a jueves, $250 °° de viernes a domingo y de $180 para adultos mayores y niños de 4 a 13 años. El uso de la realidad virtual tiene un costo extra de $35°°.
Para este enigmático artista urbano, el arte debe estar en manos de la gente, por eso, todos somos Bansky, ¡Fuck the system!
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